REIKI
Un tratamiento de Reiki consiste en canalizar energía tanto hacia un lugar específico donde existe un problema como al cuerpo entero de una persona, dependiendo de la dolencia y el tipo de tratamiento.
La mayoría de los tratamientos se hacen con el paciente acostado, y si es necesario, cubierto con una manta. El terapeuta coloca sus manos suavemente sobre la zona afectada, o en el caso de un tratamiento completo, en todo el cuerpo empezando por la cabeza y terminando en los pies. Cada posición de las manos es mantenida durante unos minutos sobre los chakras o centros energéticos principales. El paciente siempre está vestido, y las posiciones de las manos son siempre sobre zonas que no vulneran la intimidad de la persona.
Se suele dar el tratamiento en una habitación con luz tenue y música relajante. El practicante invita el paciente a relajarse, a concentrarse en su respiración y a meditar, si el paciente tiene práctica en ello.
Durante un tratamiento, sentirás una profunda relajación. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada el resultado final. A veces, sentirás un "cosquilleo", calor o frío en diferentes partes del cuerpo según la energía fluye a través de tu cuerpo. Otras personas ven colores, experimentan una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie.
Las zonas donde se te aplica el Reiki (donde suelen estar las manos del practicante) pueden sentir o mucho calor o mucho frío durante el tiempo que las manos están presentes en esa parte del cuerpo. A veces sentirás como se tensan y relajan los músculos en la zona afectada. Simplemente es otra forma que tiene el cuerpo de ayudar a que fluya la energía.
Muchas persona notan un calor o un cosquilleo en la corona de la cabeza. Esto es debido a que la energía entra por el "chakra" corona, el centro energético que nos conecta con la Energía Universal.
Durante la sesión, la energía fluirá dentro de ti, equilibrando tu sistema energético, soltando tensiones y estrés, aliviando dolores y activando la capacidad del cuerpo para sanarse.
Aunque Reiki es muy eficaz, no es una "cura milagrosa" y sus efectos son acumulativos.
Sea cual sea tu dolencia, el efecto general de Reiki crea una sensación de paz y tranquilidad. Te sientes en condiciones para afrontar la vida y sus desafíos. Aumenta tu energía y tus ánimos, dándote un punto de vista más positivo sobre la vida. Situaciones anteriores de estrés parecen no preocuparte como antaño.
El Reiki pone en marcha la disposición de la persona para retornar al equilibrio de una forma holística, ya que trabaja a nivel físico, mental, emocional y espiritual, liberando los posibles bloqueos y contactando a la persona con su propio poder para sanarse a sí mismo.
El Reiki está indicado para personas que sufren stress, ya que contribuye a una relajación profunda a todos los niveles.Para personas que desean potenciar su energía, aumentando el nivel de vibración.
Para personas que sufren desarmonías físicas o psíquicas. En caso de enfermedad, el Reiki es compatible con un tratamiento médico convencional, transmitiendo al cuerpo la consciencia de su propio poder curativo y contribuyendo a su rápida recuperación.
La frecuencia dependerá de la situación específica de cada persona, aunque en caso de desarmonías físicas o psíquicas se recomiendan 4 sesiones en un periodo de tiempo corto (15-21 días), para después ir espaciando las sesiones, según se convenga con la persona. La terapia se adecuará siempre a cada caso y a su evolución a lo largo del tratamiento.
El precio de cada sesión es de 35 euros